Todos los movimientos sociales que han tenido lugar a raíz del 15-M del pasado año y que tanto alteraron a los políticos gobernantes tienes una misma base: hartazgo, descontento, impotencia, rabia. Una buena parte del pueblo soberano está hasta las narices para decirlo pronto y claro. Corrijo: estamos (que yo soy muy pueblo). Los estudiantes en la calle, los desahuciados, también. Los preferentistas arruinados y sus ladrones protegidos por ministros o lo que sea menester. La sanidad pública, en manos de explotadores privados en la mayor parte de los lugares donde manda el PP. Los yayoflautas con pensiones escasas y congeladas haciendo imposibles para ayudar al resto de la familia -hijos, nietos- que están en el paro, no tienen con qué comer y no pueden pagar el comedor del colegio de los niños. Parados de larguísima duración que ya no tienen esperanzas de volver a encontrar trabajo ni tienen ya derecho a prestaciones por desempleo. Hambre, miseria, desamparo, frío para muchos, mientras las orillas entre los que nada o poco tienen y aquellos a los que les sobra casi todo se alejan más cada día.

(Inciso: nunca he sido de los de la ceja, que son muy conservadores todos ellos, por cierto, y muy antiguos).
He tenido que dejar pasar unos días para remansar las aguas interiores del cabreo, de la vergüenza ajena ante mentiras y manipulaciones de datos en lo que fue el primer acto electoral de las elecciones del 20-D y no el último pleno de cuatro años llenos de pena, miedo, necesidad, vergüenza, robos, recortes, corrupciones e indecencia que han sido los protagonistas de esta etapa.

Como muy bien le espetó Rosa Díez en el citado Pleno, Rajoy empezó mintiendo a los españoles y acaba de la misma forma. Yo, sin necesidad de repasar archivos ni hemerotecas, recuerdo muy bien aquello de que iba a bajar los impuestos, también que iba a mantener el poder adquisitivo de las pensiones y nada de esto se ha cumplido. En España, el 29% de la población vive en riesgo de pobreza y somos los segundos en la Unión Europea en pobreza infantil y desigualdad. Esa pobreza infantil que niegan miembros y «miembras» del PP.
Así que desigualdad, pobreza, corrupción, poco empleo y además precario, son el legado de un hombre (y su equipo de gobierno) que asegura que la única forma de seguir con el progreso que ha conseguido y no hundir a España en la miseria de Zapatero es votarle de nuevo para que nos siga ofreciendo… ¿qué?. ¿Más mentiras?.
La política de austeridad (para la plebe, para nosotros) y la reforma laboral realizada durante estos cuatro años, ha sido estudiada por un equipo de Economistas frente a la Crisis. El primer balance es éste: caída del empleo, tasa de desempleo inaceptable y precarización del trabajo. Se ha favorecido el empleo de baja calidad en condiciones laborales malas y salarios vergonzosos. Es hora de derogar esta reforma laboral, aconsejan. El desempleo se está haciendo crónico y los trabajos creados son de mala calidad. Economistas frente a la Crisis recomiendan un inmediato cambio de estrategia política para mejorar la calidad del empleo -así como la reducción de las actuales desigualdades y la pobreza-, como única forma de lograr un desarrollo económico y social aceptable para el país.

Y bien. A pesar de los cantos de sirena de Rajoy y equipo de gobierno, a pesar de los cantos de miembros mediáticos del PP, el paro que había bajado hasta las cotas en que lo dejó el PSOE de Zapatero, está volviendo a subir. Pasados los meses de veranillo, más de 26.000 personas se han quedado en la calle. Sobrepasamos ampliamente los 4 millones de parados. El colectivo de parados anteriores también ha crecido. Y para ser honrados y no manipular, a pesar de que el paro en general ha subido, fundamentalmente en el sector servicios y parados anteriores a este recuento, hay más trabajo en el sector industria, construcción y agricultura. Con respecto a los contratos, el 91,5% tiene contratos temporales precarios. Las mujeres y los jóvenes menores de 25 años son los más desfavorecidos. 1,6 millones de jóvenes entre 16 y 29 años son «ni-ni». Ni estudian ni trabajan. Casi 2 millones y medio de parados llevan sin trabajo más de dos años. Los contratos en prácticas pueden durar hasta tres años con pequeñas interrupciones para no saltarse la legalidad y se le aplican a personas con más de 30 años incluso. Hace pocos días, veía en un reportaje en TV cómo a unas empleadas de hotel se le hacían contratos en prácticas durante mucho tiempo, años, para hacer camas y ordenar habitaciones de huéspedes. Y no se les daba clases de ningún tipo, ya que estaba en prácticas. Y se les pagaba a 4 euros la habitación hecha. Y en vez de las 4 horas contratadas, tenían que hacer 8 o 10 horas cada día. Hay más de 3 millones de trabajadores (es un decir, pobres gentes) con contratos ¡de una hora a la semana! que cuentan como trabajadores y no como parados. PRECARIEDAD. Cada vez estamos más cerca de la gran cagada capitalista mal entendida y peor practicada. Nuestros hijos, al paso en que este Gobierno se está fundiendo los dineros públicos, no llegarán a pensionistas, salvo que tengan pensiones privadas. Pero los bancos quizás vayan a la quiebra, aunque los banqueros serán más ricos que antes y nuestros descendientes no tendrán más salida que quitarse de en medio, emigrar al fin del mundo y empezar a construir algo nuevo. Porque aquí, en la España del «primer mundo», los señores que manejan gobiernos, política, datos, bancos y grandes negocios, serán los nuevos dioses del Olimpo de los Sinvergüenzas con suerte y/o con buenos padrinos. Al resto, el 99% del «primer mundo» y del planeta, solo le quedará sangre, sudor y lágrimas.
Ante mentiras, manipulaciones y falsos cantos de sirena, sólo me queda desolación, rabia, impotencia y la palabra mientras no me corten la lengua y los dedos con que escribo. Así que a vosotros que nos mentís, que nos arruináis, que nos congeláis, que nos amordazáis y que nos queréis obligar a aprender religión (católica, por supuesto), os mando esto con todo el cariño que merecéis:
