Categoría: Sociedad

  • DETRÁS DE LAS PROTESTAS PITIDOS Y ABUCHEOS

    A lo mejor los que protestaban el pasado día 12 de octubre contra el presidente Rodríguez Zapatero, en el desfile militar del día de la Hispanidad, se creían que estaban haciendo una machada. Gritar al unísono, bien fuerte, muy ensayados y conjuntados “Zapatero dimisión” los iba a poner en las portadas de todos los periódicos, en los titulares de todos los informativos y en los comentarios de los avezados ideólogos de las secciones de opinión de los medios. Y así ha sido. Pero les ha salido el tiro por la culata. (más…)

  • ESE GRAN NEGOCIO LLAMADO BENEDICTO XVI

    Me temo que si el Cristo al que dice servir Juan Antonio Martínez Camino levantara la cabeza y le oyera decir que los viajes de su máximo representante en esta tierra que habitamos  -el Papa Benedicto XVI-  son un negocio redondo, lo hubiera puesto de patitas en la calle y lo hubiera mandado al paro. Porque, vamos a ver,  las visitas del máximo  representante de una iglesia ¿se puede medir en cifras, en euros?. Claro que se puede. No se si se debe, pero se puede. De hecho, parece que la Conferencia Episcopal Española ya lo ha hecho porque si no, el incontinente cerebral de su secretario general no hubiera dicho  que la visita del Papa a Santiago de Compostela «va a ser positiva económicamente». (más…)

  • ABUELOS CANGURO – ABUELAS NIÑERAS

    Algunas de mis viejas amigas ( viejas no tanto por la edad, sino por el tiempo que hace que somos amigas, que conste) han cambiado mucho en estos últimos años. Han cambiado sus hábitos, sus costumbres y me han dejado de lado, salvo para tener largas charlas telefónicas. Poco más. Me estuve preguntando durante tiempo qué diablos les pasaba, aunque ya sabía la respuesta: se habían convertido en abuelas. Vamos, que sus hijos/as les habían dado nietos. Y digo «dado» con toda la intención: los habían parido y poco después, pasado un tiempo corto y prudencial, los hijos habían organizado su nueva vida de padres en función de la existencia de las abuelas. Les metieron los nietos en sus brazos, en sus casas y ahí se han quedado dias enteros, tardes enteras, noches si hace falta,  hasta que se van haciendo mayores y les llega la hora de ir al cole o, como mucho, un rato a una guardería. (más…)

  • ENGAÑAR A LOS PIRATAS AFRICANOS

    Cuenta Der Spiegel esta semana una cosa muy curiosa. (Para poner en antecedentes a los lectores, añadiré que el Spiegel es como la «biblia» de cientos de miles de alemanes: lo que allí se dice no se cuestiona y «va a misa»). Bueno, la curiosidad tiene que ver con los piratas de Somalia y cómo una compañía naviera alemana con sede en Dortmund ha encontrado la forma de estropearles la jugada. Vamos, el secuestro de barcos y personas.

    El «Magellan Star»  es un carguero que formaba parte de un convoy que pasaba por el Índico cerca del «cuerno de África». Era el tercero de los barcos que componían la expedición. Por estas cosas del mar, el «Magellan Star» acabó separado de la «troupe», momento que aprovecharon los piratas de Somalia para abordar el barco y subir a bordo.

    piratas-en-somalia-el-magellan-star-en-primer-plano-foto-dpa-dr-peters-gruppe.jpg

    El «Magellan Star» con un cargamento, tiempo antes de ser abordado por piratas somalíes. Foto: DPA/Dr. Peters Gruppe

    Una vez arriba «¿qué diablos pasa aquí?. ¿Dónde está la tripulación para secuestrarla y pedir un rescate?».  «Esto no está pasando, no puede ser un barco fantasma» . Buscaron y volvieron a buscar por todo el barco: nadie.  Cabreados como monos, no se les ocurrió mejor idea que llamar a las oficinas de la compañía naviera, Dr. Peters Gruppe de Dortmund. «¡Oigan, que aquí no hay nadie para secuestrar y pedir un rescate. Esto no es serio. Digan dónde se han metido los marineros, el capitán, todos¡» . Los navieros alemanes no hicieron caso de la llamada, no dieron ni una pista, claro. Y de repente ¡clac!. Los motores del barco se paran. A pesar de ser unos motores sofisticados, los piratas somalíes saben latín e intentan ponerlo en marcha. Nada, no arrancaba. No había forma de (más…)

  • LOS PEORES ATASCOS DEL MUNDO

    Tengo que dejar Berlín por unos días. Viene a recogerme un taxi para llevarme al aeropuerto de Tegel. Cuando salgo a la calle, me espera un Mercedes impresionante. Último modelo supongo, asientos de cuero, aire a gusto del consumidor, techo transparente… y al volante, -negro pantalón, negro chaleco, negra camisa, pelo negro-, una especie de punki con los laterales del cogote pelados al cero, una cresta estupenda y por detrás mezclados pelos sueltos y unas rastas. Todo negro. Mucha plata en los dedos y las orejas. Y la música a tope con rock de los 60/70. No es turco, como muchos taxistas berlineses, pero tiene un extraño acento. Dice «Tigel» en vez de «Tegel», «oki» en vezde «okey» y tiene muy buenos modales y muy buen humor. En Madrid he visto taxis zarrapastrosos (cada vez menos, por suerte), pero nunca un taxista con estas pintas conduciendo un coche de lujo. Nos entendemos básicamente en inglés. (No hay como estar en un país cuya lengua conoces muy mal, como el alemán, para terminar de aprender el puñetero inglés que siempre había quedado a medio soltar). Conduce rápido, demasiado para mi gusto. Pretende adelantar a una «foca» por un pequeño hueco que dejaba en el carril derecho y acabamos montados en la acera. No se cuántos pecados horribles y juramentos le soltó mi taxista al conductor de la «foca», mientras a mí se me saltaban el corazón y las lágrimas del susto. (más…)

  • EL ÉXITO DE LO DIFERENTE

     Berlín es una ciudad que adoro. Es tranquila, cosmopolita, moderna, antigua, cultural, divertida, ecológica, destartalada, a medio hacer, a medio ocupar, reconstruida poco a poco, restaurada continuamente, generosa, relativamente barata, multicultural, plena de actividades cultas y/o populares a un tiempo… Berlín es muchas cosas, casi todas buenas. Ciudad que fué muy bien definida por su  alcalde socialista Klaus Wowereit cuando resumió todo eso en una frase. «Berlín es pobre pero sexy». Total que aquí siempre hay algo que hacer si una quiere, siempre un museo que redescubrir, una «acción»  a la que acudir como espectador, una exposición que no se te puede escapar… muchas cosas y de forma continua. Si uno quiere. Si no, puede darse una tranquila vuelta por el barrio y sentarse a leer en la terraza de un café, como gusta hacer a los berlineses que se bajan allí a leer un libro, darle a la tecla del ordenador un rato o estudiar «la biblia» (el «Spiegel», claro), mientras beben o comen algo.

    berlin-cafe-con-terraza-muy-tipico.jpg

    Típico ambiente de terrazas en un barrio berlinés. 

    No se que sería de Berlín sin sus cafés y terrazas. Sería, sin duda alguna, menos «sexy».  Y sin sus exposiciones también. Todavía están los  berlineses recuperándose del impacto que ha tenido la exposición retrospectiva sobre la mejicana Frida Kahlo.  Tres meses largos en el Museo Martin Gropius-Bau no han sido suficientes para que todos los que han querido ver cuadros, bocetos, fotografías y escritos de la mujer de Diego Rivera hayan podido entrar al museo y satisfacer su curiosidad. De hecho, éste ha sido uno de los centros (más…)