Berlín es una ciudad que adoro. Es tranquila, cosmopolita, moderna, antigua, cultural, divertida, ecológica, destartalada, a medio hacer, a medio ocupar, reconstruida poco a poco, restaurada continuamente, generosa, relativamente barata, multicultural, plena de actividades cultas y/o populares a un tiempo… Berlín es muchas cosas, casi todas buenas. Ciudad que fué muy bien definida por su alcalde socialista Klaus Wowereit cuando resumió todo eso en una frase. «Berlín es pobre pero sexy». Total que aquí siempre hay algo que hacer si una quiere, siempre un museo que redescubrir, una «acción» a la que acudir como espectador, una exposición que no se te puede escapar… muchas cosas y de forma continua. Si uno quiere. Si no, puede darse una tranquila vuelta por el barrio y sentarse a leer en la terraza de un café, como gusta hacer a los berlineses que se bajan allí a leer un libro, darle a la tecla del ordenador un rato o estudiar «la biblia» (el «Spiegel», claro), mientras beben o comen algo.
Típico ambiente de terrazas en un barrio berlinés.
No se que sería de Berlín sin sus cafés y terrazas. Sería, sin duda alguna, menos «sexy». Y sin sus exposiciones también. Todavía están los berlineses recuperándose del impacto que ha tenido la exposición retrospectiva sobre la mejicana Frida Kahlo. Tres meses largos en el Museo Martin Gropius-Bau no han sido suficientes para que todos los que han querido ver cuadros, bocetos, fotografías y escritos de la mujer de Diego Rivera hayan podido entrar al museo y satisfacer su curiosidad. De hecho, éste ha sido uno de los centros de perregrinaje dentro de la ciudad durante este verano. Colas interminables de hasta ocho horas sin rechistar, que es como los alemanes guardan cola en cualquier sitio. (Nunca dejará de sorprenderme esta resignación) . No exsite ninguna obra de esta artista en Alemania. Esta clamorosa exposición ya finalizada, ha expuesto 150 obras en total y en los últimos días el museo ha estado abierto hasta medianoche para dar entrada al mayor número posible de personas.
Tres de las obras expuestas. «Magnolias», «Autorretrato con mono pequeño» y «La máscara» .
Claro que esto no es porque sí. La venida de esta exposición tiene mucho que ver con una graciosa donación que el pasado año Alemania hizo al Museo Frida Kahlo. El gobierno teutón soltó 50 mil euros para la restauración de obras de la artista y para «profundizar en el diálogo cultural con México» (embajador alemán en México dixit).
Lo que más ha gustado, por lo visto, han sido sus autorretratos, con sus cejas juntas y su bigotillo, pero con ese arte tan especial y esa vida tan dolorosa, exhuberante y corta que han hecho de ella un icono en el mundo.
Una visitante toma notas ante un autorretrato de Frida Kahlo.
«La columna rota», de Frida Kahlo.
Algunos medios de comunicación y algunos directores de otros museos se preguntaban la razón de por qué la gente acudía desde todos los rincones del país y desde el extranjero para ver este evento y no se movilizaban por otros de pintura alemana que han tenido lugar a la vez. Y es que Frida, con su arte, su vida azarosa, sus enfermedades, su lesión de columna vertebral que tanto le hizo sufrir y que sublimó a través de sus cuadros, forman un enorme «gancho» que atrae al público. Los berlineses la adoran, está claro. Y también está claro que parte de esa adoración es porque les priva «lo diferente».
«Ball de diables» delante de la Berliner Dom (catedral de Berlín). Foto: Patricia Sevilla.
El «Correfoc» y «Ball de diables» es un espectáculo típico de la cultura popular catalana, nunca visto hasta ahora en Berlín. Como se trataba de algo «diferente» había llenazo completo en los jardines enfrente de la catedral. Y eso que la cosa empezaba a las 12 de la noche, que es una hora prohibitiva para que los alemanes anden por la calle en multitud. Esta tradición tan arraigada en Catalunya se estrenaba con muchas precauciones y curiosidad. Lo primero, porque -seguridad ante todo- los alemanes no se ponen a tiro de fuego fácilmente. Así que pocos niños, los que había eran ya mayorcitos y los mayores curiosos y temerosos al principio, acabaron por disfrutar de lo lindo. Allí anduvieron los diablos con su cuernos y tridentes jugando con el fuego, la bestia soltando chispas por todas partes mientras la gente no podía ni moverse para cambiar de postura. Llenazo completo.
La bestia, en este caso un gran cerdo, soltando chispas por los cuatro costados. Foto: Patricia Sevilla.
Lo curioso de esta fiesta catalana en Berlín con sus diablos, su bestia, su fuego es que ha sido una iniciativa privada de una importantísima intérprete y traductora alemana, Ana María Kunst-Baur, que está enamorada de estos festejos y se empeñó en traerlos a esta ciudad. Ha contado con la ayuda de la Delegación de la Generalitat de Catalunya y el «Lange Nacht Museen». Naturalmente, el «correfoc» ha corrido poco porque el público estaba alejado y separado por unas vallas (ay, la seguridad ante todo!), pero el espectáculo ha quedado de lo más vistoso. Dramaturgia adaptada al ambiente. La «Colla» de Argentona -localidad cercana a Mataró, en el Maresme y a 30 Km de Barcelona- ha sido la encargada de mostrar estas fiestas que tenemos en algunas zonas de los países mediterráneos, a caballo de lo pagano, lo cristiano, el fuego, el humor y la diversión.
40 chicas y chicos, inclusive niños, actuaron en la Lustgarden (Jardín de las Delicias), ante la catedral. Foto: Patricia Sevilla
Ha sido un estreno bastante espectacular, fulgurante y con éxito. Después de hoy, apostaría a que los berlineses estarán a favor de otra noche catalana para el año que viene. Y Mientras los diablos hacían de las suyas, los museos de Berlín, estaban abiertos toda la noche. Dos «acciones», como dicen los alemanes,bien diferentes y complementarias me parece a mí. Los habitantes de la ciudad, encantados. Viva lo diferente, que aquí mola un huevo. Si además es bueno, bonito y barato, miel sobre hojuelas.
Comentarios
7 respuestas a «EL ÉXITO DE LO DIFERENTE»
Si alos berlineses les encanta lo diferente, seguro que estan encantados contigo.
Saludos Camino.
Gracias, Juanma. Aunque no se si soy muy diferente a lo habitual, me llevo bien con los berlineses, salvo mi vecina borracha xenófoba, ya sabes. Y sí, en Berlín todo lo que aporta cosas nuevas, visiones distintas de la vida, diferencia sobre lo «corriente» suele tener el éxito asegurado. ¿Te animas a hacer algo por estos pagos?. Tú tampoco eres nada convencional. Ahí están tus trabajos de toda una vida, diferentes a los de de la vulgar mayoría. Un abrazo.
Te leo cuando escribes y me da la impre de que tienes una vida fetén, tía. Berlín te mola ¿verdad?. Ya has hablado más veces de esa ciudad. A mi también me gustaría disfrutar como tú de espectáculos en toda la movida berlinesa, que es la ciudad que chuta ahora. ¿Me invitas?. ja, ja!. En serio, me muero por poder ir a vivir una temporadita y me das una envidia…
Que alegria al leer lo que has escrito sobre nuestra colla y su actuación en Berlín. Soy de esta ciudad y además un familiar mío forma parte del grupo que actuó allí y todavía no sabía cómo habían ido las cosas porque como sus costumbres son tan diferentes a las nuestras no sabía cómo podrían reaccionar ante un espectaculo semejante. Gracias por contarlo y poner a Argentona en tu página.
Me admira la capacidad de los catalanes para estar presentes en cualquier lugar donde el resto de España no llega. Ya me contará usted: un grupo de un pueblo catalán actuando en Berlín, nada menos, mostrando sus fiestas y costumbres ante unos alemanes boquiabiertos. Eso no pasa con ningún pueblo de ninguna comunidad del resto del país. No se por qué, pero siempre tengo la sensación de que los catalanes, por unas razones o por otras, siempre van unos cuantos pasos por delante. Vamos, que saben llegar antes y mejor. Por un lado, me fastidia, pero por otro no deja de ser admirable.
Cuando la mayor parte de los que escriben estos blogs -creo que se les dice «blogueros»- se dedican a repetirse hablando una y mil veces de la crisis, del gobierno, de la oposición y de la economía, sin saber salir de estos temas, me resulta de lo más refrescante encontrar a alguien como usted que escribe de cosas variopintas, unas veces de temas sociales, otras de fiestas o exposiciones, denuncias sobre la situación en África o de los problemas de la Iglesia. De mil cosas que aunque tienen que ver con la actualidad no son los monotemas con que ya aburren. Así que siga en esta línea, si quiere seguir un consejo de lector agradecido.
En primer lugar darte las gracias.
Y es que soy de la Colla de diables, más concretamente el creador y uno de los portadores de la Polseguera (nuestra bestia de fuego).
Todos los de la colla estamos eufóricos con el resultado del «correfoc», ya que no sabíamos como reaccionaria el público berlinés, y la inmejorable respuesta de este, sumado a los comentarios posteriores, como el de tu blog, nos deja una sensación muy agradable la verdad.
Y aprovecho para preguntar si habría alguna manera de conseguir las fotos que has colgado. Son espectaculares!
Me despido, no si dar las gracias de nuevo.