Por lo que detecto en mi entorno, hay algo así como un cansancio infinito que ya no sirve ni para causar desazón, sino más bien una ira profunda, como alojada en las tripas y que es mejor que no explote. Que no nos explote, porque mi estado de ánimo -en lo político- hace que me incluya entre los grupos de mi entorno en situación de hacer ¡boum! y allá cada cual con lo que le caiga encima. Es insoportable aguantar todo el tiempo que llevamos de legislatura con el doble de Mister Bean diciendo muchas veces vaciedades -eso sí, con una contundencia digna de encomio-, otras veces repitiendo y repitiendo lo que sus oponentes dicen que no dice. Como por ejemplo, que van a legalizar a Batasuna por las buenas. O que van a entregar Navarra a los vascos. O que ZP no está con las víctimas del terrorismo. Y así una y otra vez, hasta que haya nuevas elecciones, me temo. ¿De verdad es tan difícil digerir de una maldita vez una derrota?. Cabecillas Peperos: perdisteis las elecciones. Y eso fué hace mucho, mucho tiempo. Entiendo que, para los que viven de la política y se ven con posibilidades de seguir medrando, les debe fastidiar con «j» lo suyo. Pero una oposición que lo único que sabe hacer es ir en contra de todo y de todos los demás, debería quitarse de enmedio o convocar unas elecciones internas y elegir a los cabecillas. Claro que, como fueron designados democráticamente a dedo por ese señor con melenas y mechitas de caoba, a lo mejor es que no saben hacerlo; vamos, que solo les funciona el dedo… y la lengua. Curiosa combinación, por cierto.
Así que, después de convocar la semana pasada una contra ZP y sus muchachos, repiten y hacen una liada de tres pares de narices con eso de que los vascos se nos van a comer a los navarros. Saben de buena tinta que vamos a ser la moneda de cambio en aras del final de ETA; aunque -ellos mismos lo dicen- datos, lo que se dice datos, no tienen. Tienen intuiciones. Solo intuiciones porque nadie les cuenta nada de lo que el gobierno está cociendo. Y si nadie les cuenta nada, ¿a qué tanto alboroto semanal por unas intuiciones?. A ZP y sus «ad láteres» creo que les han salido ampollas en la boca de tanto desmentir las «intuiciones bajeras» de Rajoy y compañía. Pero nada. Tuvimos manifa en Pamplona para que los navarros no seamos parte del País Vasco. Esa posibilidad, es algo que está previsto en la Constitución… siempre y cuando los navarros -y solo los navarros- lo decidamos. Cosa que no hay peligro de que pase. Pero se trata de alarmar y confundir. No me extraña que, en esta ceremonia de confusión, cuenten en mi tierra que unos cuantos políticos de la zona, al verse invadidos por los cabecillas de la oposición pepera llegados desde Madrid y que coparon las fotos y la iniciativa, tragaron quina de lo lindo. Pienso en Jaime Ignacio del Burgo, uno de los padres de la Ley de Amejoramiento del Fuero de Navarra, que tan bien ató el que nunca nadie nos hiciera ser el granero de la Comunidad Autónoma vecina, que a lo mejor se sintió ninguneado. Nadie como él sabe que de nuestros fueros y de los imposibles de ser «invadidos» o «negociados» por nadie.
Y mira, algo bueno ha salido de ahí: ayer confesaba en todos los medios que Aznar nunca debió ir a las Azores. ¡Toma, toma, toma!, como dice Fernando Alonso, nuestro chico Fórmula 1, alrededor del cual revoloteaba, por cierto, en Australia este fin de semana, un crecido Aznar (¿no lo ven poco a poco mucho más alto que cuando empezó allá en valladolid?. ¿Tendrá algo que ver el zapatero de un cierto caballero italiano?). Pues eso, mientras Aznar, pelo zaíno, reflejos caoba y la melena al viento, con chaqueta azul tirando a turquesa hacía relaciones públicas en compañía de Agag, Acebes jugaba al tres en raya en España. Bueno, no sé, pero decía algo así como que «de Juana, Batasuna y Navarra son el tres en raya de la negociación con ETA» (¿?). ¿Cómo lo sabrá si nadie les cuenta nada?.
Camino Ciordia