MIEDO A LOS MÉDICOS – MIEDO AL CÁNCER

Si es cierto que ocho de cada diez personas que mueren de cáncer, se podían haber salvado gracias a la medicina preventiva, no sé qué diablos de medicina preventiva se hace en este país. Es de madrugada y en la radio han estado hablando muchos insomnes de los problemas y tardanzas en citas y asistencia médica. No, no solo en la Seguridad Social, sino también en centros y consultas que pertenecen a organizaciones privadas. NO SE PUEDE dar una cita para dentro de dos meses a quien haya sido diagnosticado de cáncer. NO SE PUEDE dejar de atender no sólo su cáncer para más adelante, sino que TAMPOCO SE PUEDE desestimar otro tipo de ayudas que un enfermo de cáncer -y su familia, seguramente- necesitan. Me refiero a psicólogos, asistentes sociales… lo que haga falta.

Hace tiempo que hay mucho cáncer a mi alrededor. Personas queridas, compañeros de trabajo, familia, amigos… Unos han logrado salir de la primera embestida, pero todos los que estamos a su alrededor seguimos sintiendo que sobre ellos sigue fija la espada de Damocles. Otros, se han ido quedando en el camino. Y yo me siento cada vez más huérfana y creo que soy incapaz de aguantar un cáncer más entre los míos. De todos los «mios» que han muerto de cáncer, nunca, nunca, podré superar la muerte de mi hermano Emilio. Era Géminis, como yo, y bromeábamos con eso: que si yo Cástor, que si tú Pólux; que si tú mala y yo bueno; que si tú el haz y yo el envés. Yo estaba trabajando en Polonia, haciendo un programa para TVE, y fué mi hija mayor, Patricia, la que me llamó desde Berlín para decirme que a mi hermano le habían diagnosticado un cáncer de pulmón en fase terminal. Seis meses de tratamiento en la afamada Clínica Universitaria de Navarra para nada. Cuando ya no podía respirar, no quería volver a ese maldito -para él- lugar.

Nunca podré superar su muerte, ya lo he dicho antes, porque, abusando de mi condición de antigua alumna de la Universidad de Navarra, sí, la del Opus, me atreví a contactar con el Director de Comunicación de la misma. A su vez me puso en contacto con los médicos que le atendían. «Por favor, no quiere salir de casa, quiere morir aquí. Dénle asistencia médica en casa, cuidados paliativos, algo». Y mi hermano seguía intentando atrapar una pizca de aire con su boca abierta, hasta rajar las comisuras de los labios. Pero era igual, el aire apenas llegaba a unos pulmones totalmente infestados por el maldito cáncer. El médico con el que hablé, sin mostrar la menor compasión dijo que ni hablar, que si no iba a la afamada clínica, allá él, que era su/nuestro problema. Es lo que se llama amor a los pacientes, caridad cristiana, ganas de ayudar en una situación difícil. Vamos, una actitud impecable para alguien que se supone ejerce una profesión que tiene que tener mucho o todo de vocacional y de entrega a los demás.

Gracias a una médico que fué quien le detectó el cáncer y a la que había visto una sola vez, volvió engañado a la afamada clínica. Le pusieron los chutes reglamentarios y, al menos, murió dormido y sin más calvarios. Era un día de invierno, cuando entraba la noche. Al día siguiente, el encargado de prensa de la clínica me llamó a mi casa, en vista de las protestas que había hecho de los médicos por desentenderse de mi hermano sino estaba ingresado. Me anunció que me iba a pasar con el doctor ALFONSO GÚRPIDE, que era quien se ocupaba de tratarlo y me iba a explicar la situación exacta en que se encontraba Emilio y su cáncer. Colgaron el teléfono con torpes disculpas cuando les dije que no hacía falta que me dijeran nada sobre la situación, que ya se lo decía yo al médico. Y se lo dije: «mi hermano murió ayer».

Cosas así pasan en la afamada -precisamente por su nivel en el tratamiento del cáncer- clínica. Desde entonces, tengo mucho miedo al cáncer. Lloro muchas veces por mi hermano y por los que se han ido a causa de esta maldición. Y tengo miedo a los médicos que no saben que se les mueren los enfermos. Ah!. Si tengo cáncer y no estoy en condiciones de decidir por mí misma, que no me lleve nadie a esa afamada clínica… salvo que cambie el sistema de atender a los enfermos o que cambien médicos en Oncología. El resto del personal de esa clínica, los subalternos digamos, que se queden, por favor. Ellos merecen la pena.

Hermano, aunque ya no eres ni estás, te merecías que contase a quien quiera leerlo, tu última y desgraciada experiencia en vida.

Camino Ciordia

Comentarios

4 respuestas a «MIEDO A LOS MÉDICOS – MIEDO AL CÁNCER»

  1. Sagrario

    Hola, Camino.

    ¿Qué tal estás?. Me ha pasado Berta tu dirección y aprovecho para escribir algo.

    Efectivamente es terrible que la sanidad, tanto pública como privada esté tan masificada, pero ¿qué podemos hacer nosotros, usuarios de a pie?; es angustioso el tiempo de espera entre un diagnóstico y el comienzo de un tratamiento, pero ¿dónde radica el problema?, por que personal sanitario hay, oferta de empleo hay, ocupación de plazas hay, ¿qué es lo que está pasando?, falta de infraestructuras?, ¿de previsión quizá?. No lo sé, pero esta situación perjudica al que menos debe de perjudicar, al enfermo. En fin, confiemos que se vaya solucionando, ya sabes, tiempo al tiempo.

    Mi experiencia no tiene nada que ver con esta situación puesto que el único caso que he vivido, tanto la atención por el personal sanitario, como la infraestructura, tratamiento de la enfermedad, etc., siempre fue exquisito y sin demora en el tiempo.

    Besitos y espero que nos veamos pronto.

  2. <p>Hola , me llamo José Francisco, con cáncer y metástasis desde hace 14 años, terrible diagnóstico…peor pronóstico..eso decían los médicos. Además…. perdí a mis padres, mi hijo y 1 hermano por culpa del cáncer. ¡ Cuanto daría por haber sabido entonces todo lo que ahora he aprendido…¡¡¡ He tenido la oportunidad de encontrar y someterme a un tratamiento realmente excepcional, no agresivo, compatible, sin intereses económicos etc. Invito a todas las personas afectadas por un cáncer, sea el que sea, a buscar “VACUNA BIOLOGICA AUTOLOGA CIMT-54”.(www.centroinvestigacioncancerumb.com)o (www.acoescan.org) Una opción real hacia la esperanza. Es una auténtica pena que no se conozca en España cuando podría salvar miles de vidas ¡¡¡.Desarrollado por el departamento de investigación contra el cáncer SAPIENTIA de la Universidad Manuela Beltrán tras 15 años de investigación.<br />
    Saludos</p>

  3. Me alegro mucho por usted. He comprobado que las organizaciones que usted nombra existen, pero hubiera sido conveniente que aclarase el origen: Colombia. Más que nada, por no inducir a errores por parte de los, posibles lectores. Es una pena, por otra parte que su experiencia haya llegado en forma de comentario más de dos años después de haber escrito el post «Miedo a los médicos, miedo al cáncer». Cuando se tienen cerca víctimas del cáncer, se hace duro, casi increíble, que exista realmente una organización que dice ser capaz de curar cualquier tipo de cáncer, como usted da a entender, y no se sepa, no se publicite, mientras cada día mueren en el mundo cientos de miles de personas a causa de esta enfermedad. En cualquier caso, si usted ha sanado completamente, mi más cordial enhorabuena. Ha vuelto a vivir.

  4. Buenos Días,
    Le informamos de la creación de la asociación sin ánimo de lucro Acoescan que pretende acercar a cualquier persona afectada por el cáncer la disponibilidad de un nuevo tratamiento, no conocido en España hasta ahora y que se realiza mediante la Vacuna Biológica Autóloga CIMT-54 tras 15 años de investigación.
    Tratamiento no invasivo y compatible con cualquier otro que combate las células tumorales, deteniendo los procesos de metástasis si se hubieran producido, reduce el tumor y aporta calidad de vida al paciente. Se lleva a cabo mediante la vacuna biológica autóloga CIMT-54 en la que se encuentra sobre expresado el antígeno específico tumoral de cada paciente (ATE).
    Si desea mayor información puede obtenerla en :
    http://www.centroinvestigacioncancerumb.com
    http://www.acoescan.org
    También en próxima edición del suplemento La Razón Octubre.
    Muchas Gracias
    Ester Núñez