Hay oficios en que los errores pueden ser, además de trágicos, irreversibles. La Medicina es un ejemplo clarísimo. Un error de diagnóstico o de tratamiento puede llevar a la muerte o a otros problemas para la persona tratada, sin que sus efectos tengan marcha atrás.
Reacción de dolor de la familia de Dalilah. (Foto: Reuters)
Dalilah, era una mujer joven de 19 años que, después de varios peregrinajes por las urgencias del Hospital de Fuenlabrada y el Gregorio Marañón de Madrid, fué diagnosticada de gripe A demasiado tarde. Antes de morir, cuando ya no había solución para ella, le hicieron una cesárea para intentar salvar al feto de 28 semanas que llevaba dentro. Le pusieron de nombre Rayán (Puerta del Paraíso) y se mantuvo dos semanas en una incubadora mientras parte de sus órganos terminaban de formarse. Ningún médico reconoció que con Dalilah había habido mala praxis; al contrario, se dieron todo tipo de explicaciones para convencer a la familia de la joven y a la opinión pública que en las visitas a urgencias, no habían detectado la gripe ya que estaba encubierta por el embarazo, por una afección asmática…y su muerte por las mismas razones. Mohamed, su joven marido había pensado demandar a los médicos y hospitales que malatendieron a su mujer. Pero esperaba confiado en que su hijo Rayán saliera de la UCI de prematuros con bien. De hecho, en los últimos días la mejora del bebé era clara. Ayer a mediodía, el gerente del Hospital Gregorio Marañón anunciaba a todos los medios que Rayán había muerto por un «terrorífico error». El error, como todos saben a estas alturas, es que una persona de enfermería le había metido la leche por vía venosa en lugar de hacerlo por via nasogástrica. Vamos, que sin querer, mató al niño.
Mohamed, marido de Dalilah, poco después de conocer la muerte de su hijo. (Foto: BERNARDO PÉREZ)
Ahora, ya se sabe que había dos enfermeras de guardia la noche de autos. La supervisora tuvo una urgencia y quedó al frente de la UCI de neonatos otra enfermera inexperta que hacía su primer día en ese departamento. «Errare humanun est», pero ¡que error y que horror!. El hospital ha dado la cara inmediatamente, ante el asombro, supongo, de la población. Yo no recuerdo en toda mi vida que, ante negligencias de cualquier tipo, algún médico o centro hospitalario hayan reconocido sus errores. Esta vez sí. El corporativismo de la profesión médica no ha funcionado esta vez y se ha actuado con decencia. ¿Se deberá a que ahora la culpa no era de médicos sino de enfermería?. No quisiera estar en el pellejo de la enfermera novata que mató, sin querer desde luego, pero también sin poner la atención precisa, al pobre niño. Será una cruz que le acompañará el resto de su vida, que probablemente desgarrará su vida. Recomponerse de provocar por despiste una muerte debe ser mal equipaje para ir viviendo. Es un error que tiene que pagarse. Para ello, ya se han movilizado todo tipo de asociaciones, colegios profesionales afectados y sindicatos. Pero será el juez quien dicte la pena. Los expertos dicen que matar a Rayán puede ser considerado como homicidio por imprudencia y que supondría de 1 a 4 años de cárcel y de 3 a 6 años de inhabilitación profesional.
Y ahora quiero ir a ciertas reflexiones. Desde hace tiempo, se viene denunciando que la atención médica y hospitalaria en la Comunidad de Madrid deja mucho que desear. Hay tanta fiebre política por privatizar la explotación de los centros hospitalarios que no hay personal suficiente en ellos. Las empresas privadas van a por la pela y eso se consigue con menos gente, peor pagada y más explotada. El abaratamiento de costes acaba llevando a estos «errores». Tengo un amigo en Chinchón con cáncer en una rodilla. Le tocaba un hospital del Sur de Madrid, pero le confesaron que no tenían personal para atenderle y lo derivaron al Hospital «12 de Octubre» en Madrid. Han tardado en operarle del cáncer más de dos meses, metido en una lista de espera muy larga «porque ese cáncer no era de los peores y podía aguantar un tiempo». Las listas de pacientes son interminables, los médicos no tienen tiempo para atender todo lo que les toca. A los enfermeros, les ocurre lo mismo. Y, cuando llega el verano, se pone a gente sin experiencia haciendo funciones para las que no está convenientemente preparada. Ahora, los enfermeros dicen que, igual que los médicos se especializan haciendo el MIR una vez terminada su carrera, todos los enfermeros deberían tener una preparación similar para no ser «generalistas» y sí especializados en las áreas que prefieran. O sea, que haya enfermeros «ad hoc» en atenciones a neonatos en UCI como Rayán, por ejemplo. Así, se cometerían menos errores. Que los hay todos los días y no solo en enfermería, sino en medicina. Y en casi todas las casas hemos padecido alguno de ellos. Lo que pasa es que no se denuncian por ese corporativismo médico en que ninguno declarará en contra de otro por una negligencia. Esta vez, el error ha sido de una enfermera. Una novata en neonatos ha matado a Rayán y se tomarán todas las medidas precisas. A su madre la mató la negligencia de no saber que con fiebre muy alta y otros síntomas, podría tener algo serio como la gripe A. Pero en aquella ocasión, era cosa de médicos. El padre ya ha dicho que va a demandar a todos, aunque ahora solo puede pensar en la muerte de su niño. Que la suerte le acompañe. Ya que ha perdido a su mujer y a su hijo por negligencias, imprudencias, o lo que quiera llamarse, al menos que dé un buen escarmiento a los responsables de su infortunio.
Comentarios
10 respuestas a «¡QUE ERROR, QUE INMENSO HORROR!»
Siento escribir de forma anónima, pero el temor a las represalias es fuerte. En los hospitales estamos que no podemos más, se abren nuevos centros, pero el personal vamos de uno a otro porque no se contrata apenas gente. Y, algunos de los que llegan no tienen experiencia suficiente para todo lo que se deja en sus manos. En verano es peor. De todos modos, no quiero quitar culpas a la causante de la muerte del niño marroquí. Es un error sin disculpas, porque no hay objetivamente posibilidad de equivocarse, salvo la falta de oficio y el no saber.
Es incomprensible que pasen estos «errores» en los hospitales. Tiene usted razón, en la Comunidad de Madrid la medicina va de mal en peor. Las listas son cada vez más largas. A un amigo del trabajo han tardado año y medio en operarle del menisco porque no era urgente. Y contentos de que no te maten por algún despiste, claro. Yo sí creo qen la medicina pública, pero habría que hacer algo para supervisar a todos
Es indignante que con lo que nos cuesta la seguridad medica ocurran estas muertes. Pobre padre que en dos semanas ha visto que por errrores medicos o sanitarios, me da igual, se ha quedado sin su muer y su hijo que ya se estaba poniendo bueno. Espero que a la que causo la muerte del bebe la retiren de su trabajo y que se revise tambien lo que paso con la madre. La atencion medica de Madrid cada vez esta peor y la culpa la tiene esa señora que todos sabemos, que quiere privatizar todo.
Soy madre de un niño pequeño y con lo que está pasanso, rezo para que no le pase nada porque la verdad es que, con lo que ha pasado, tengo miedo de acabar con el en algún hospital si se pone malito. Nadie estamos a salvo de un «terrorífico error profesional» como han dicho en los periódicos. Menos mal que al menos esta vez han dado la cara y han confesado lo que había pasado con el nene. Claro que, como usted apunta, a lo mejor ha sido así porque el «error» no era médico sino de una enfermera. Con la madre todavía estamos por saber lo que pasó realmente, tanto tiempo yendo a urgencias y sin atenderla hasta que ya no hubo remedio para ella. ¿Quien vigila a la sanidad y al trato que nos dan?. ¿Quiérn se ocupa de nosotros y nuestros derechos?. Mis condolencias a la familia de la madre y del niño.
Lo que yo me pregunto es por qué las desgracias caen siempre sobre los mismos, como si la vida nos castigase por ser humildes y de otro sitio. He oído en alguna radio que hay gente que se queja de que los hospitales están llenos y no se puede atender bien a todos porque los de fuera hemos llenado todo, pero no es verdad. Vamos al médico o al hospital cuando lo necesitamos como hace todo el mundo y las desgracias de atencion nos tocan más a nosotros. Me dan lagrimas por el niño y su madre y tambien por ese pobre padre que se ha quedado sin su familia por culpa de otros.
Ya está bien. Que rueden cabezas, pero no solo en los hospitales, Hay que mirar también a los políticos que están haciendo que la sanidad pública en Madrid sea basura gracias a la explotación privada de centros públicos.
SOlo las enfermeras que trabajamos en esa UCI neonatal sabemos como es el protocolo de administracion de medicamentos, y sabemos que se utilizan las mismas bombas de infusion, los mismos sistemas y las mismas jeringas para la alimentacion y para la medicacion IV, por tanto para una persona, la cual no ha estado en su vida en un servicio ESPECIAL, es muy facil equivocarse ya que trabajamos con margenes de error muy pequeños… No pretendo justificar a la enfermera, pero por supuesto hay que dar varios puntos de vista. Por otro lado, el personal de alli sabemos que no se contrata a enfermeras experienciadas, sino que «les da lo mismo» lo que caiga por este tipo de servicios. Y por último añadir y rogar al Sr. Gerente del Hospital, que por favor, cada vez que haya algun error de este tipo, salga con la misma rapidez y con los mismos detalles, a dar una rueda de prensa como la que dio
En España, somos más de 2500 los enfermeros agrupados en el Consejo General de Enfermería. Y lo que pensamos es que, dsde el año 2004 un Real decreto indica las siete especialidades de enfermería que venimos pidiendo los enfermeros desde hace muchos años. Y seguimos como estábamos. No hay especializaciones más que las que se van cogiendo con la práctica. Y con respecto al triste suceso que causó la muerte del bebé Rayan, habrá que exigir responsabilidades tanto a la enfermera comno a la administración.
Hola, con respecto a este tema me gustaría que visitases mi artículo:
Quizás si Rayán hubiese ido por lo privado
http://www.terceraopinion.net/2009/07/19/rayan/
Un saludo.
CONTESTANDO A «TERCERA OPINIÓN»
He leído tu artículo, tal y como me solicitas. Estoy de acuerdo contigo en cuanto al plan magistral de «cargarse» la sanidad pública en esta Comunidad de Madrid. Por eso, me permito señalarte este párrafo -uno de tantos que denunciaban esto- y que escribí a raíz de la muerte de Rayán. Decía esto:
«Y ahora quiero ir a ciertas reflexiones. Desde hace tiempo, se viene denunciando que la atención médica y hospitalaria en la Comunidad de Madrid deja mucho que desear. Hay tanta fiebre política por privatizar la explotación de los centros hospitalarios que no hay personal suficiente en ellos. Las empresas privadas van a por la pela y eso se consigue con menos gente, peor pagada y más explotada. El abaratamiento de costes acaba llevando a estos errores.
Como ves, a mí tampoco se me escapa lo que ocurre. Ni a muchos madrileños. Detrás de todo, efectivamente, tirando del hilo, está la política de una mujer ultra que quiere privatizar lo poco que teníamos bueno. Pero no te creas que con los seguros es mucho mejor. Están tan masificadas las sociedades médicas que no dan cita para algunas consultas normalitas antes de dos meses. Y en hospitales o clínicas privadas, que tienen conciertos con el SERMAS madrileño, les obligan a dejar la explotación en manos privadas, o les retiran el acuerdo con la sanidad madrileña. Y en esas clínicas donde antes atendían a privados por un lado y Sanidad Pública por otro, han unido todo, han restringido las pruebas diagnósticas… un descalabro. Y detrás, esa mujer imparable.